El transporte público
Cuando decimos el transporte público nos referimos al transporte colectivo para pasajeros, y a diferencia del transporte privado el transporte público nos obliga a adaptarnos a sus horarios y rutas que son ofrecidas por el operador.
Entendemos como transporte público, el metro, el tranvía, los taxis, los autobuses, los trenes y los ferris.
Actualmente el transporte público es proporcionado por diferentes empresas privadas o consorcios de transporte público.
Suelen ser subvencionados por ayuntamientos o el estado y los pasajeros pagan directamente su parte.
En esta era en la que vivimos en un mundo globalizado tenemos muchas necesidades de desplazarnos a distintos países, ya que normalmente los puntos de consumo están distanciados de los sitios de producción.
La gente vive en una localidad y estudian o trabajan en otra distinta, incluso sus lugares de ocio están distanciados. Así que es muy importante el transporte público, pues el transporte privado es más costoso y genera más estrés.
Cuando viajamos en transporte público podemos leer, ver películas, echar una cabezadita o sencillamente tenemos tiempo de pensar en nuestras cosas.
Si todos utilizáramos el transporte público evitaríamos los terroríficos atascos de las grandes ciudades, son los vehículos privados los que colapsan las urbes y las llenan de ruido, además de ensuciarlas.
El transporte público es la alternativa más solidaria y ecológica para todo tipo de desplazamiento que se hacen en las ciudades. El utilizar el automóvil privado hace cada día que el entorno sea más insostenible.
Sin que decir tiene que, si utilizáramos todos, el transporte público habría más diversidad de horarios, más rutas alternativas y todos los ciudadanos podrían ahorrar tiempo y dinero.
Nos olvidaríamos de atascos, no nos preocuparía la ausencia de aparcamiento, los aparcacoches e incluso posiblemente bajaría el precio de la gasolina.
Los coches privados emiten partículas contaminantes que provocan a las personas afecciones alérgicas, bronco-pulmonares así como mucho estrés y hasta sordera debido al gran ruido que hay en las ciudades por culpa de los vehículos de uso privado.
Así que todo lo relacionado al transporte público tiene gran importancia social. Hemos llegado a la era de que cada día está más limitada la materia prima, además la recesión económica nos ha castigado fuertemente y las emisiones de CO2 se intensifican al haber aumentado la población, por ello es el transporte público nuestra alternativa mejor.
Deberíamos exigir a las administraciones públicas más medios de transporte público, pues hasta la fecha solo se han aplicado políticas poco eficientes y con una preocupante falta de perspectiva y una nula visión de futuro.
En lugar de hacer grandes infraestructuras como grandes aparcamientos o autopistas, se debería fomentar el transporte público como aparcamientos disuasorios, carril bici, etc. Además de obligar de alguna forma a que se fabriquen coches menos ruidosos y menos contaminantes y más inversiones en el transporte público.
Pero todo esto solo es posible si la demanda en el transporte público se hace evidente y si los usuarios lo exigimos. Y las estrategias deberían ser facilitar la desconexión económica y social en referencia a la movilidad y haciendo un transporte público alternativo.
Debemos de exigir el transporte público con puntualidad, comodidad, seguridad, salud y así cumplir con la parte de la constitución referente a que los poderes públicos tienen la obligación de garantizar a los usuarios un transporte público como se merecen.
Y cumpliendo con estas premisas garantizaremos también que nuestras ciudades estén al nivel de calidad que nuestros visitantes y turistas se merecen y así mejorará también la entrada masiva de visitantes extranjeros, que nos recomendarán a otros posibles turistas.
Para ello es importante que todos pongamos nuestro granito de arena y dejemos aparcado el coche en casa y utilicemos el transporte público