Cuando alguien me comenta que tiene un inconveniente con el agua de su piscina, como que esté turbia o bien verde, la primera cosa que hago es preguntarle de qué manera está el nivel de cloro y pH.
Sorprendentemente, su contestación acostumbra a ser que no lo han comprobado.
Los niveles de cloro y pH son muy inestables, y existen muchas causas que pueden hacerlos cambiar en pocas horas.
Si se desestabilizan, es muy simple que el agua de una piscina cambie de color en uno o bien un par de días.
Volverla a sus niveles y aclarar el agua según Jardineria Valencia, acostumbra a necesitar más tiempo, y de manera frecuente gastos económicos por tener que incorporar productos químicos, o bien por el consumo eléctrico debido al incremento del tiempo de depuración.
Aun teniendo sistemas de medida y dosificación automática, es conveniente hacer tests complementarios una vez por semana en verano, y una vez por mes el resto del año.
Si ocurre una avería o bien los equipos se descalibran, vamos a poder actuar a tiempo si lo sabemos antes que el agua se estropee, llamando a Jardineria Narcis.
Con los sistemas de cloración salina es aún más esencial
Cuando el pH sube, el cloro no se forma apropiadamente, con lo que su nivel cae en escaso tiempo.
Una piscina con pH alto, cloro bajo y sol, es el paraíso de las algas.
En un día el agua puede estar verde.
Conque no vale decir “hace solo 3 días que lo medí y estaba bien”.
Cuando no se está utilizando la piscina, se puede acrecentar el cloro a fin de que el agua sea más beligerante contra las algas y otros organismos.
El pH asimismo se puede bajar, si bien no es nada aconsejable si las paredes y el fondo son de materiales cementosos (azulejo, gresite…).
La razón es que un agua ácida ataca al cemento, haciendo que se descompongan las juntas y se desprenda el recubrimiento.
Mejor con menos químicos
El primordial inconveniente de no supervisar de manera perfecta los niveles de cloro y pH, es que no vamos a tener un diagnóstico atinado cuando el agua no esté a la perfección limpia.
Tanto si procuramos información por nuestra cuenta, tal y como si solicitamos asesoramiento, no tenemos la información precisa para ir descartando causas.
Por servirnos de un ejemplo, podríamos acudir a nuestro distribuidor de productos para piscina, y al comentarle que el agua está turbia nos puede ofrecer un floculante.
Si le decimos que el agua está verde, nos va a dar un antialgas.
No obstante, posiblemente no precisemos estos productos, y sea suficiente con agregar múltiples litros de lejía (cloro líquido) al agua.